
A menudo os hablo del concepto de CONEXIÓN porque lo considero imprescindible para mantener relaciones de calidad con los hijos, alumnos o pacientes. Aporta la serenidad de ser reconocido.
Nos permite co-crear relaciones psicológicamente saludables en las que tengan cabida el amor, el respeto y también los límites y las normas.
¿Pero cómo se crea? Es algo que se siente, pero aquí os dejo algunas pautas que pienso que os pueden ayudar:
Principalmente es necesario partir de la voluntad sincera de querer conectar con el otro, de verle tal y como es. Si nos cuesta, deberíamos hacer un poco de introspección para reconocer lo que nos lo impide.
Desarrollar la capacidad de observar con atención plena, dejando las expectativas de lado y sin querer corregir constantemente ni imponer nuestras opiniones.
Concretar algún momento durante la semana para hacerlo. Pensar en alguna actividad que os guste, tanto a vosotros como a ellos y agendarla. En niños pequeños es muy interesante el juego libre porque les permite ser ellos mismos y proyectar su mundo emocional, pero soy consciente de que a muchos adultos les aburre o no saben muy bien cómo hacerlo. Entonces podéis pensar en otras actividades semidirigidas como hacer manualidades, juegos de mesa, actividades motrices etc.
Reconocer sus deseos y necesidades y nombrarlas.
Pedir perdón si en algún momento nos equivocamos y rectificar.
Transmitirles amor incondicional: “pase lo que pase yo estoy aquí”.
Contacto físico: masajes, dormir juntos cuando nos apetezca, ducharnos juntos etc.
Cuando se desbordan o enfadan también es un buen momento para intentar conectar, de hecho es uno de los momentos que más lo necesitan.
Preguntarles directamente qué podemos hacer para sentirnos más cerca los unos de los otros.
La conexión es como una red que vamos tejiendo con los niños desde la gestación y que nos va uniendo. De hecho, en momentos difíciles es esta red es la que nos sostiene.
Y aunque sintáis que tenéis poca conexión o ninguna, pensar que cada día es una nueva oportunidad para empezar a tejer o retomar el punto dónde lo habíais dejado porque ellos están deseosos de que conectemos. Incluso, si ponéis más conciencia en ello, podréis crear una red más flexible y resistente.